martes, 18 de septiembre de 2012

LIBERAR LA MANO 1


DAI, nueva asignatura, en un nuevo entorno y totalmente desorientados. Resulta que lo que hemos hecho hasta ahora no ha sido aprender, ni mucho menos. Aprender a estar sentados, a estar callados y cruzados de brazos, a pintar sin salirnos de los bordes, a escribir con una caligrafía perfecta… todo eso es basura en esta nueva asignatura. Ya no tenemos porqué estar callados ni quietos ni cruzados de brazos… lo que solo permitía atender y no expresar absolutamente nada.

Asique hemos empezado a liberarnos de todas esas cadenas que nos han impuesto desde la escuela primaria. Durante la última semana empezamos con el ejercicio de liberar la mano en el que teníamos que pintar diversos cuadros siguiendo el procedimiento de otros artistas profesionales. Pero no se trataba de copiar el dibujo, ni pintar detalladamente…todo lo contrario, hay que pintar con movimiento, rapidez, sin detalle, siguiendo una metodología sin ser proyectada, no sabes en qué va a acabar el dibujo en el que te sumerges hasta el mismo momento en el que los profesores apagan esa música que hace que te olvides de todo lo que te rodea. Cuando de repente te separas de él y te das cuenta de que los garabatos que pintabas no eran tan desastrosos.

El primer ejercicio, del día 13 de septiembre, estaba basado en un cuadro de Twombly:

Del que creamos nuestro primer cuadro. Sobre papel blanco (o papel negro los que lo eligieran) pintamos una maraña de garabatos negros sin ningún orden y como era la primera vez que lo hacíamos y estábamos entusiasmados con la clase, nos olvidamos del cuadro de partida, por lo que en una segunda fase cambiamos de color y esta vez sí, garabatos ordenados blancos encima del caos negro:

Del que creamos nuestro primer cuadro. Sobre papel blanco (o papel negro los que lo eligieran) pintamos una maraña de garabatos negros sin ningún orden y como era la primera vez que lo hacíamos y estábamos entusiasmados con la clase, nos olvidamos del cuadro de partida, por lo que en una segunda fase cambiamos de color y esta vez sí, garabatos ordenados blancos encima del caos negro:
 
 
 

Justo después de este dibujo, en la misma clase volvimos al proyector a fijarnos en un nuevo cuadro, esta vez más elaborado, con varios procedimientos, no como el anterior en el que solo era un movimiento repetido hasta llenar una gran parte del papel. 
Esta nueva obra presentaba una maraña de semicírculos, más grandes, más pequeños, con líneas verticales, otras oblicuas, pero que al final, en su gran parte y sobre todo por los bordes se iba difuminando, pero eso sí, dejando aún ver las formas que habían estado allí.
 
De eso se trataba, no copiar el cuadro al milímetro, línea por línea, sino el procedimiento. De esta manera, de los aproximadamente 70 alumnos, cada obra era muy distinta a las otras.

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